El impacto de la noticia adelantada por la Cadena SER y completada por este diario con la aportación de la documentación que acreditaba que durante los años 2016, 2017 y 2018 el FC Barcelona abonó 1.392.680,02 euros a la empresa DASNIL 95 SL, sociedad cuyo socio único era José María Enríquez Negreira, exárbitro y por aquel entonces vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, ha puesto patas arriba el fútbol español. Más allá de la legalidad de los contratos, del desorbitado precio de mercado que se pagó por un “asesoramiento técnico”, el problema está en que la imagen del Barcelona ha quedado en entredicho y que ni el club ni el Comité Técnico de Árbitros han sabido dar una explicación coherente. Quedan muchos misterios por resolver.

1 ¿Cuándo empezaron los pagos del FC Barcelona a DASNIL 95 SL? El gran misterio de este lío es saber cuándo se inició esta relación comercial con la empresa del vicepresidente de los árbitros. Empecemos por el final. Se sabe que la relación finalizó en mayo de 2018 y la última factura se giró en junio de ese año. Eso está certificado por la Agencia Tributaria y por el propio Josep Maria Bartomeu, quien ha reconocido a este diario que en 2018, ante la crisis económica que provocó la pandemia, decidió recortar gastos en todas las divisiones del club. Uno de los que canceló en el área de fútbol fue el que hacía referencia a los pagos por asesoramiento técnico. También es casual que en ese momento Enríquez Negreira dejara de ser vicepresidente del CTA. Bartomeu también ha dejado claro que estos contratos se los encontraron ya en 2003 cuando entró la primera junta de Laporta. Es decir, que se remontaría a los tiempos de Joan Gaspart, que asegura por activa y por pasiva que no le “consta” haber contratado esos servicios.

2 ¿Por qué se pagó una cantidad tan desorbitada? Mediante la documentación que está en poder de este diario, la Agencia Tributaria especifica que en 2016 DASNIL 95 recibió por asesoramiento 532.728,02 euros, cifra que aumentó al año siguiente hasta los 541.752 euros y que descendió abruptamente en 2018 hasta los 318.200 euros. Eso arroja un promedio de 464.226 euros al año. El sueldo del presidente del Gobierno son 90.000 por si sirve de guía, pero él no opina de árbitros.

Este diario ha consultado con diversos clubes de LaLiga y todos los responsables deportivos que reconocen tener entre su staff a analistas arbitrales (siempre árbitros ya retirados, no cargos del CTA) consideran que esa cantidad es descomunal.

Es más, el propio FC Barcelona admite que el actual analista arbitral contratado por el club, que está integrado en la parcela deportiva, Ramon Segura, cobra 25.000 euros anuales por realizar informes para el primer equipo y el filial. Pero eso no es todo.

3 ¿Se pagaron siete millones desde 2021? Informaciones aparecidas ayer desvelaron que las cantidades pagadas durante los años no investigados por la Agencia Tributaria podrían ser estratosféricas. Por la mañana, El Confidencial publicaba que desde 2003 la cantidad ascendería a 4,7 millones. Pero, por la tarde, El País añadía que la cifra facturada desde 2001 llegaba a siete millones.

Si ha pagado siete millones de euros por servicios inexistentes, se podría haber cometido un delito de administración desleal, que se castiga con hasta tres años de cárcel. La Fiscalía deberá decidir si archiva la causa o bien si ve indicios de delito y presenta denuncia.

4 ¿Puede ser sancionado el Barça? Deportivamente, muchos delitos han prescrito, otra cosa son las causas penales. De hecho, desde la entidad blaugrana y desde LaLiga se considera que el Barça, si no sale nada más a la luz, pudo comportarse de manera discutible en las formas, pero legalmente quien cometió fraude fue Enríquez Negreira, que por cierto ya fue multado por Hacienda.

5 ¿Cómo es posible que nadie lo denunciara ni desde el Barcelona ni desde el CTA? Desde que la SER y AS dieron la noticia han aparecido testimonios (desde exárbitros a periodistas pasando por exdirectivos) que afirman que ahora se confirman sus sospechas. Pero lo que es cierto es que ni los mecanismos de control del Comité Técnico de Árbitros, que depende de la Federación Española, ni los del propio FC Barcelona detectaron nada. Ambas cosas merecen una aclaración porque eso sí que es un misterio.

Desde 2003, el Barcelona ha tenido cuatro presidentes (Laporta, Bartomeu, Rosell y de nuevo Laporta) que lo primero que han hecho al llegar al cargo es examinar al céntimo la gestión de sus predecesores. Sandro Rosell descubrió que Joan Laporta, con la tarjeta del club, se había gastado en la pollería Lolita de Sant Cugat 24,5 euros, o 128 en puros en un estanco. ¿Cómo se pasó por alto un contrato millonario como el de DASNIL 95?